Es muy conocido el interés que Felipe II tuvo por la Arquitectura en general. Así lo comprobamos, por ejemplo, en el testimonio de Baltasar Porreño:
Fue diestríssimo en la Geometría, y Arquitectura, y tenía tanta destreça en disponer las f74rtraças de Palacios, castillos, jardines, y otras cosas, que quando Francisco de Mora mi tío, traçador mayor suyo, y Juan de Herrera su antecessor, le traían la primera planta, assí mandava quitar, o poner, o mudar, como si fuera un Vitrubio, o Sebastiano Serlio: alcançó tanto desta facultad que excedió a los más peritos della: y por ser tanta su destreça, y afición, tenía mi tío todos los días una hora determinada, para acudir a la consulta de las traças con su Magestad, que fue inclinadíssimo a edificar, como lo manifiestan las innumerables obras que hizo.
(Hasta aquí la cita de Baltasar Porreño.)
En lo que se refiere a muebles, Felipe II mostró igualmente el interés por la cuestión, como comprobamos a través de una interesante anécdota que nos refiere el mismo Porreño:
f25rEstando con calenturas ardientes en Madrid, gustó de ver puestos en unos estantes todos los vidrios de Venecia que tenía, mandando a Francisco de Mora mi tío, su traçador mayor, y Aposentador de Palacio, los hiziesse poner en unos estantes de nogal. Mora puso luego por la obra los intentos de su Magestad, y llamó a un oficial, que no cessó de día, y de noche de trabajar, hasta acabar los estantes, y acomodar los vidrios. No le pagavan al oficial tan presto como era razón, y baxando un día su Magestad para recrearse en el jardín, mirando los vidrios, y dándole gusto, se puso Mora a la puerta, y dixo: No me ha de passar vuestra Magestad de aquí en que haga pagado al que hizo esta obra: sonriose su Magestad, y con su grande apacibilidad, y clemencia, bolvió la cabeça al Mayordomo mayor, que iba detrás, y le dixo: Páguese esta obra, que justicia pide Mora.
(Hasta aquí la cita de Porreño.)
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